Bienvenid@s 

Hermanas religiosas, profesores, asistentes de la educación, padres y apoderados, queridas alumnas. 

Es un nuevo año que comienza en donde todos tenemos que proponernos altas metas para lograrlo; pero sabemos bien que solos no podemos nada, nuestra buena voluntad no basta.  

Tenemos que pedir la luz de Espíritu Santo que nos ilumine, nos guíe y nos haga llevar a la práctica las buenas obras que iniciamos hoy. Con su ayuda sí que lograremos todo y será motivo de gozo ir descubriendo nuestros talentos que Dios Padre nos ha regalado a cada uno de nosotros y que una vez descubierto, desarrollado lo iremos poniendo al servicio de los demás.  

Pongámonos en camino con la protección de la Virgen María , Madre de la Divina Providencia , para que estemos siempre atentos a velar por la necesidad del hermano y/o hermana que tengo a mi lado. 

Que el Señor nos bendiga a todos.